viernes, 18 de noviembre de 2011

Luna - Emilio

Simplemente es difícil reconocer de buenas a primeras que un artista pueda destacarse con un estilo que no le reconocerías propio a su país, pues puede ser que dominas poco antecedentes en cuanto al historial de bandas que pueda tener. Aunque me leo y me grito al inconsciente que hay bandas de mi país que cultivan ramas del Metal que, siendo una cosa bastante lejana a la música originaria, no deja de ser de calidad. Por otro lado, ya me ha sorprendido Noruega (la cuna de las mejores bandas Black Metal), con una banda de Rock Indie de la cual espero hablar en otro momento: Kaizers Orchestra.

Asumo también la vergüenza y el reproche que pueda merecer mi pre-juicio sin sentido, como el precio por ofrecerles a ustedes, la gratuidad de pensar que es muy difícil encontrar una propuesta entre Gothic y Doom, desde Perú. Si, así es.


Recuerdo que entre conversaciones y conversaciones con un contacto lejano, vino a colación el tema de proponer bandas. Me preguntó si ubicaba a Luna y le dije que no. Me mandó algunos links y debo admitir que la sorpresa fue de lo más grata.

Y bien digo sorpresa, porque es una flojera literal el clasificar a "Emilio", como un disco Gótico o Doom, puesto que sus canciones son distintas una entre otras, con el hilo conductor de la voz muy particular de Luna. No es una voz única, pero en este estilo hay que decir que es una combinación bien rica ... Hipnótica a veces. Sorpresa digo, al fin, porque cada tema del disco es una nueva experiencia. Lejos de ser anunciado por su predecesor, forma en la mente un nuevo escenario, con uno como nuevo personaje. Pasando por distintos estados, con la melancolía como base.

Partimos con "Invitation", que no hace más que cumplir con el título... Es una propuesta de Luna para pasear por los distintos comas emocionales que puede dar una escucha atenta al disco. Seguimos con "The girl is trying", con un piano por un extremo y una batería en el otro, es un vaivén que deja un buen gusto. Una sonrisa en un rostro que espera seguir con algo más.

Nos encontramos ahora con la especial "Destnée", que con pocas notas de piano de base, una voz más calmada, crea una sensación que juega entre paz e inquietud. En algún momento hay una voz quejumbrosa de mujer balbuceando algunas palabras, mientras la voz se va haciendo más valiente. Valiente para una conversación entre el piano y un violín, pasando a coros, pasando a una voz que ya no canta, sino sólo es valiente. La conversación del piano y el violín pasa a discusión. Después de la tormenta, la calma. Todo tranquilo. Ya pasó. Destneé.

Extraña con lo previo suena "As dead did us apart", con un ritmo bastante bravo con el piano. A un rebuscado le parecería "disco", pero no invita a bailar. Abre los ojos. Atento.

"Imported pain". Escucho ahora y me veo en un sillón de una habitación de toque clásico. Esto para darme cuenta que con un piano y un violín puedes lograr mucho.

"Every time you seek the answer", quizás uno de los tracks más "góticos" del disco, y no es por eso, que es uno de mis favoritos. Lo es porque son muchas las variaciones que tiene. La tormenta dentro de la canción, la voz distorsionada de fondo apenas audible. Un todo por partes.

"With all my roots stuck in here" con una forma corriente nos trae un poco a un mundo más conocido. En figuras y emociones. Aunque en blanco y negro.

"Suffocation": A pesar del nombre, un momento de tranquilidad. Embobado y quizás abandonado a la influencia del disco. También dentro de un escenario normal.

"The Inquisitors" pareciera una larga introducción de algo que no llega. Cae uno de golpe. En seco paras y caes en cámara lenta a "Mellow" (creo que es mi canción favorita). Con notas repetitivas, pero siendo precisas, te atrae a un vacío, por vértigo. Ese vacío que te llama a lanzarte. No hay voces. No son necesarias.

"Confessions of a quiet mind", es una literalidad. La última canción del disco pareciera una oportunidad que se ha dado Luna, para gritar al mundo sus confesiones. Y no con la grosería de quien te impone, sino con embrujo. La atención a su confesión apenas hacen que uno note las otras voces de fondo que son decorativas. Quizás lo son para destacar que una confesión es el acto de la expiación en si y no el juicio (y pena) que venga de otros.

Una grata sorpresa el disco. Hay que escucharlo calmo. Recomendable totalmente.
Para quienes quieran un preview, tengan el gusto de poner play:


Un gusto. Hasta la próxima.



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